Cuerpo triste, métete por donde saliste

    Expresión muy de madre que hoy seguimos repitiendo cuando vamos a la cama y nos la encontramos sin hacer. «Cuerpo triste, métete por donde saliste…», piensas para tus adentros mientras tratas de acostarte entre un revoltijo de sábanas y mantas…
    Y la cama estaba sin hacer o apenas estirada porque te has ido con prisas, porque ese día te había dado por pensar que hacer la cama era una pérdida de tiempo o, quizá, porque la salud no acompañaba y has andado de la cama al sofá y del sofá a la cama…, pero sin duda, en ese momento, las lánguidas palabras de este dicho popular se convierten en la oración más apropiada a la hora de acostarse.
    José María Iribarren, en 1947, publica un artículo en la revista Príncipe de Viana donde cita el dicho «Cuerpo triste, métete donde saliste», puntualizando que «lo dicen al acostarse, cuando las criadas no han hecho la cama, o la han hecho mal». No había antaño muchas casas con criadas en la Berrueza, por lo que se nos antoja más bien todo lo contrario, de gente sin criada que tenía que hacerse la cama a sí misma y no todos los días llegaba a término.
    Y como la mayoría de los dichos trascienden los límites de nuestro valle, es posible que algo les sonara esta sentencia a los hermanos Muñoz, los de Estopa, y algo haya influido en esa letra suya que dice: «¿Dónde vas cuerpo triste? Por donde entraste saliste» (se puede escuchar en:


No hay comentarios:

Publicar un comentario